sábado, 20 de enero de 2007

Sentimientos humanos. Parte 1 - El amor.

El amor. Un sentimiento para nada altruista, un sentimiento, basado principalmente en el egoismo, en el que das cien y esperas recibir mil, y si recibes esos mil te enamoras aún más de la persona a la que has entregado la mitad de tu corazón, llegando a la conclusión de que quieres pasar el resto de tu vida con ella, sin importarte la desaprobación o rechazo de otras personas cercanas a ti por tu elección. Esas personas antes tan cercanas a tí pasan a un insignificante segundo plano del que apenas te acuerdas porque estás demasiado ocupado entregando todos tus sentimientos y emociones a una sola persona.
Tarde o temprano todos nos damos cuenta de que nos falta una mitad, como si nos hubieran cercenado al nacer con un corte perfecto en el alma, nos damos cuenta de que no podemos seguir solos porque comprendemos que no estamos completos y de que nos estamos ahogando por dentro al no poder compartir lo que sientes con otra persona. Te enfrascas en la ardua tarea de reconstruir tu interior buscando a alguien que te rellene. Aunque siempre hay algunas personas que se esfuerzan por negar que el amor sea algo necesario para estar completo afirmando con cabezonería que viven perfectamente solos y que no necesitan a nadie para ser completamente felices. Pero al final acaban sucumbiendo a ese sentimiento. Ese sentimiento que acaba por convertirse en una obsesión, en un vasto torrente de sensaciones que inunda tu cerebro impidiéndote pensar en nada que no sea esa personita que ha perforado tu cuerpo para alojarse temporalmente (o permanentemente, quién sabe) en tu corazón.
Estar enamorado es una de las mejores maneras que existen para ser feliz, pero todo placer tiene su parte se sufrimiento, todo blanco tiene su color negro oculto dentro de él. Cuando estás enamorado vives en una burbuja rosa que te aisla del mundo exterior, pero existe el ligero inconveniente de que mientras vives tu momento de amor hiper-intenso tienes muchísimas más preocupaciones que si estuvieras solo. Preocupaciones y problemas que para algunos merecen la pena y no cambiarían por nada del mundo , mientras que para otros son un sinvivir que les oprime y apresa impidiéndoles pensar en otra cosa dado que son incapaces de salir del torbellino de problemas. Estan enamorados, no pueden (ni quieren) evitarlo.
No dejas de pensar en ella (o en él). Día y noche tu mente se concentra en una persona, en un sentimiento, el cien por cien de tus pensamientos son para esa persona, sólo tienes que cerrar los ojos para ver una imagen incorpórea pero nítida de ese ser humano que ha conseguido tu más preciado tesoro, tu corazón. Un ser humano, uno sólo ha conquistado tu alma, uno entre miles de millones consigue que te de igual el resto del mundo, en lo que a ti respecta se puede morir todo el mundo menos ella (o él) ya que no necesitas nada más para ser feliz.

He decidido abrir la serie de los sentimientos humanos con el amor porque desde mi punto de vista es el sentimiento más fuerte de todos los que posee el ser humano, y sólo con él puedes olvidar todos los demás. Cuando estás enamorado no te acuerdas del odio, la esperanza, el rencor, la impotencia etc... El dinero controla el mundo, pero el amor controla al dinero. Sólo tienes que mirar a tu alrededor para ver que no me equivoco.

jueves, 18 de enero de 2007

Esperando al viernes.

A la chica que está sentada delante mío se le acaba de caer la silla cuando se ha levantado. Primera hora de un jueves. Siempre odié los jueves. A esta muchacha todos los días se le cae algo. Está demasiado en el centro. Todas las cosas malas suceden en jueves. Parece que no se le ha roto nada de lo que llevaba dentro de la mochila. O en lunes. Se limita a sonreir y a volver a colocar la silla en su sitio. Pero el lunes es diferente. Ya está acostumbrada a que sus cosas estén en el suelo. Cuando llega en lunes tienes ganas de morirte. La gente ni siquiera se ha reido. En cambio cuando llega el jueves simplemente tienes ganas de que llegue el viernes deprisa. La clase continúa. Esperar al viernes hace que parezca que alguien para el tiempo con la única finalidad de fastidiarte haciendo eterno el jueves. Ni siquiera tengo ganas de hablar con mi compañero de pupitre. Puto jueves. Sólo son las nueve. Me pongo a garabatear en el cuaderno. Maldito jueves. Ya queda menos, a las 9 y cuarto termina la clase. Al final escribir esto ha servido de algo. La clase está a punto de terminar. Ya acabó. Sólo quedan seis. Puto jueves...

miércoles, 17 de enero de 2007

Bienvenidos a mi espectáculo.

Bienvenido/a querido lector, muchos son los motivos que han podido hacer que estés leyendo estas palabras, puede que ni siquiera acabes de leer esta entrada y simplemente cierres la ventana pensando que tienes mejores cosas que hacer que leer estupideces. Si hicieras eso tendrías toda la razón del mundo, hay muchas actividades más gratificantes y más interesantes que leer este blog. Por eso no voy a pedirte que te quedes y sigas leyendo, si lo haces es sólo por decisión propia y siguiendo tu libre albedrío. Quizás esta bienvenida resulte un tanto extraña, pero confirmar que estás leyendo esto por voluntad propia y no porque yo te haya dicho que lo hicieras es la mejor manera de hacer que disfrutes de los textos aquí expuestos.

La finalidad de este blog es adentrarme en el apasionante campo de las actitudes y sentimientos humanos, os daré mi opinión acerca de los comportamientos de mis congéneres. Puede que no te guste lo que lees y pienses que estoy loco o que sólo soy un idiota, pero también puede que te sientas identificado con los textos aquí expuestos.

La decisión es tuya. Puedes acompañarme. Puedes no hacerlo. En cualquier caso sé bienvenido.