¿Qué has soñado esta noche?
¿Te acuerdas?
¿Alguna vez le has dado importancia a tus sueños?
El cerebro humano es el músculo más complejo y misterioso que se conoce. Pero aunque se conoce, es también el más desconocido del mundo. Muchos científicos basan sus investigaciones en averiguar algo sobre el funcionamiento y capacidad de nuestro cerebro, que, en el fondo, sólo es un conjunto de células relacionadas por impulsos electromagnéticos dentro de nuestra cabeza. Pero ese conjunto de células es capaz de hacer tareas alucinantes. Nuestro cerebro es capaz de trabajar a una velocidad increible, pensar, amar, decirle al cuerpo si hace calor o frío y un largo, larguísimo etcétera.
Pero hoy me voy a quedar con una de las funciones más desconocidas de nuestro cerebro: soñar.
Me he estado informando, y lo primero que debemos conocer es la definición del fenómeno que vamos a estudiar.
Según el diccionario soñar es un proceso mental involuntario en el que se produce una reelaboración de informaciones almacenadas en la memoria, generalmente relacionadas con experiencias vividas por el soñante el día anterior. El soñar nos sumerge en una realidad virtual formada por imágenes, sonidos, pensamientos y/o sensaciones.
Esta definición no es del todo correcta, ya que muchos de nuestros sueños no se basan en lo vivido el día anterior a ellos. Nos llevan a un pasado muy lejano en ocasiones, otras veces al futuro, y en la mayoría de los casos a un período de tiempo indeterminado en el que suceden cosas totalmente extrañas y ficticias.
Pero ¿qué es un sueño? ¿por qué soñamos lo que soñamos?
Hay mil teorías que responden a estas dos preguntas, pero prefiero divagar sobre mis propios pensamientos para elaborar mi propia explicación lógica (o al menos un poco coherente)
En mi opinión los sueños pueden ser de tres tipos: deseos, temores y predicciones. Puedes soñar con algo que deseas con todas tus fuerzas: ver a alguien a quien echas de menos, conocer a una persona famosa, salir por la tele... Pero también puedes soñar con algo que te atormenta; la muerte de un ser querido, tu propia muerte, que en el supermercado dejen de vender tus cerales favoritos... Este tipo de sueños se conocen con el nombre de pesadillas, y nos pueden mostrar nuestros más profundos temores cuando menos esperamos encontrárnoslos.
Y por otro lado están los sueños premonitorios, aquellos en los que soñamos algo que va a suceder en el futuro. Normalmente estos sueños se olvidan tras ser soñados, pero en el momento en el que ocurre aquello que has soñado piensas que ya has vivido esa escena (no confundir con un Deja Vu, que es otro tipo de fenómeno) Hay personas que sí que son capaces de recordar esos sueños, e incluso, en ocasiones, pueden concretar el momento en el que sucederá lo soñado.
Por lo tanto un sueño es la sucesión de imágenes proyectadas en tu cabeza mientras estás dormido que muestra los más profundos pensamientos de tu cerebro. En muchas ocasiones no somos capaces de interpretar nuestros sueños hasta un tiempo bastante grande después de haberlos tenido.
La segunda pregunta a la que intentaré dar respuesta es ¿por qué soñamos?
Desde mi punto de vista, soñamos porque lo necesitamos, nuestro cerebro necesita dar rienda suelta a la información retenida en sus más profundos recovecos y, de esa manera, liberarla hacia una capa consciente más accesible para nosotros. Para, de esa manera, llegar a conocernos mejor a nosotros mismos.
Una vez más todas las respuestas están en nuestro interior, sólo hay que saber buscarlas.
Si alguien está interesado en el tema de los sueños que busque algo de información sobre los Sueños lúcidos. Tras haberlo hecho, si queréis poneos en contacto conmigo y contrastamos ideas y pensamientos.
Un abrazo.
Vargas.